domingo, 20 de mayo de 2007

Debil IdentiDad NaciOnal

LA DÉBIL IDENTIDAD NACIONAL

Por: Mary Villegas


Aspectos conceptuales: la sociedad moderna debe estar fundada sobre la base del territorio, la economía y la sociedad
La nacionalidad es una situación social, cultural y espacial en la que influyen numerosos elementos que definen el escenario político y organizacional de un grupo determinado de personas. Por ser la nacionalidad un hecho social, no puede ser estudiado como un concepto aislado, y no puede entenderse de manera unilateral, por lo que requiere ser unida con muchos otros conceptos de la materia sociológica, de manera que el tema pueda acercarse lo más posible a un concepto palpable.
Nacionalidad significa también la pertenencia de una persona a un ordenamiento jurídico concreto. Este vínculo del individuo con un Estado concreto le genera derechos y deberes recíprocos. y prácticamente se mezcla con el concepto de nacionalidad como situación social, y podría perfectamente analizarse por separado o como una parte de la nacionalidad social, pues las leyes son inevitablemente un hecho social.
La situación actual del hombre, con el constante alerta de los efectos de la globalización, han requerido de mayores definiciones concretas en esta materia, especialmente cuando esta interacción mundial requiere normar el comportamiento del hombre en sociedad a través de la ley.
La identidad nacional se refiere especialmente a la distinción de características específicas de un grupo. Para esto, muy diferentes criterios se utilizan, con muy distintas aplicaciones.
De esta manera, pequeñas diferencias en la pronunciación o diferentes dialectos pueden ser suficientes para categorizar a alguien como miembro de una nación diferente a la propia.
Asimismo, diferentes personas pueden contar con personalidades y creencias distintas o también vivir en lugares geográficamente diferentes y hablar idiomas distintos y aún así verse como miembros de una misma nación.
Nación, en sentido estricto, tiene dos acepciones: la nación política, en el ámbito jurídico-político, es el sujeto político en el que reside la soberanía constituyente de un Estado.

La nación cultural, concepto socio-ideológico más subjetivo y ambiguo que el anterior, se puede definir a grandes rasgos como una comunidad humana con ciertas características culturales comunes a las que dota de un sentido ético-político.

En sentido amplio, nación se emplea con variados significados: Estado, país, territorio o habitantes de ellos, etnia, religiones y otros.

Nación colombiana no consolidada o fortalecida

El no fortalecimiento de las fuerzas productivas nacionales ha creado una estructura económica y social débil; que no desarrolla todas sus capacidades materiales, lo cual afecta el nivel de vida de los colombianos e incide en el atraso del país.

De otro lado, la cultura nacional es influenciada por elementos externos, que en muchos casos entran a reemplazar la identidad propia, como en las modas, los electrodomésticos, las comidas, la música y muchos otros.

Ausencia de un estado nacional

El gobierno ha sido incapaz de ejercer su papel unificador y ha permitido la existencia de organizaciones ilegales, que entran a reemplazar al estado en extensos territorios del país, como las guerrillas y los paramilitares.

Por el centralismo del gobierno, se ha descuidado el desarrollo de las regiones más apartadas y se limitó a incentivar la explotación de los recursos naturales, con graves deterioros ambientales.

Desequilibrios regionales

La centralización de los procesos políticos, sociales y económicos deja sin posibilidades de progreso a las regiones más atrasadas.

Concentración económica y aparato productivo inadecuado

En Colombia no existe el valor de la equidad y de los derechos ciudadanos y las diferencias sociales aumentan la distancia entre las clases y limita el desarrollo de las comunidades.













La sociedad colombiana tiene un alto grado de concentración de poderes: cinco grupos financieros son dueños del 92% de los activos del sector; el 48% de la tierra es del 1.3% de propietarios; los grupos Santo Domingo y Ardila Lule son dueños de 47% de los medios de comunicación; el 52% de los ingresos está concentrado en el 20% de los hogares.

La sociedad colombiana no se apropia del espacio político nacional, ni participa colectivamente para fortalecer la unidad nacional. (No votan en las elecciones, ni participan en decisiones colectivas, hay mucha apatìa).

jueves, 17 de mayo de 2007

1886 y 1991

POR:

SARA URIBE F.




¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE LA CONSTITUCIÓN DE 1886 Y 1991?


De acuerdo con esta pregunta, podría decirse que la constitución de 1886 surgió gracias a una derrota militar que se derivó de la lucha entre el partido liberal y conservador por el poder y los regímenes impartidos por el partido ganador al estado o pueblo e influenciados por la iglesia.

Mientras que la constitución de 1991 se desarrollo en torno a una negociación política y se basó en la soberanía popular, es decir, el pueblo era el que elegía y la legitimidad del Gobierno se derivaba de la representación del pueblo, lo cual permitió la libertad de conciencia de adultos.


DIFERENCIAS:


1886:

Implicó un regreso a la idea monárquica de una mayor intervención económica por parte del estado.


se cobraban impuestos altos y la corona se reservaba los negocios mas rentables.


la estructura tributaria pasó a capturar el 4 o 5% del PIB a lo largo del s XIX.


la regla electoral que utilizaron ambos partidos durante el siglo XIX fue la de “ganador toma todo” en donde el partido ganador controlaba el Gobierno central.


el legislativo era tan débil que se reunían solo 4 meses cada 2 años.


hubo delegados electos que nunca habían visitado las regiones que debían representar.


otro elemento que fortaleció económicamente al Gobierno, aunque debilitó la economía, fue el abuso de la emisión monetaria un ejemplo de esto fueron lo bancos privados quienes tenían permitido emitir billetes con respaldo en sus reservas de oro y plata.


1991:

la nueva constitución aumentó el poder del legislativo, fortaleció el poder judicial y devolvió varios poderes a las organizaciones territoriales.


el todavía llamado Banco de La República, fue dotado de una verdadera independencia.


hubo fuertes cambios en la estructura económica del país, en sus relaciones con la economía internacional, en le papel del estado en la economía y en el tamaño asumido por este.


la propia ejecución del gasto es actualmente escogida más en los niveles municipales y departamentales que en el nivel central de Gobierno.

hoy los agentes privados encontraron nuevas oportunidades de negocios en rubros que solían ser monopolio público como la energía, el agua y las comunicaciones.

para 1990 ya se habían reducido las barreras arancelarias como licencias previas, prohibiciones de importación y cuotas que fueron profundizadas con la reforma comercial del 92 donde se redujo el arancel promedio al 40% ( hoy en 2007 es del 14%)

las importaciones más exportaciones constituyeron de PIB un 20% ( este año 46%)

la nueva constitución se basó principalmente en consensos entre grupos empresariales y tecnocráticos

la constitución del 91 condujo al debilitamiento de la actividad productiva y financiera del estado.

La constitución de este año (1991) produjo un estado mucho más grande, más burocratizado y con menos funciones que el legado de la constitución del 86.

lunes, 14 de mayo de 2007

Débil Id3nTidaD NªcionAl


LA CONTITUCION DEL 86 EN COLOMBIA

POR: MARY ISABEL VILLEGAS


LA CONSTITUCION DE 1886

En su discurso del 11 de noviembre de 1885 ante el Consejo de Delegatarios, el presidente Rafael Núñez consignó lo que quizá sea la mayor explicación de la Constitución de 1886 como una reacción contra los “nefastos” proyectos federales de la segunda mitad del siglo XIX: “La constitución de 1858 – netamente federal – preparó y facilito evidentemente la desastrosa rebelión de 1860, la cual nos condujo al desgraciado régimen establecido en 1863, sobre la débil imagen de la soberanía seccional. En el funesto anhelo de desorganización que se apoderó de nuestro espíritu, avanzamos hasta dividir lo que es necesariamente indivisible; y además de la frontera exterior, creamos nueve fronteras internas, con nueve códigos especiales, nueve costosas jerarquías burocráticas, nueve ejércitos, nueve agitaciones de todo género casi remitentes”.
La historia de la Constitución del 86 está asociada a la guerra del 85. Este fue el momento en que Núñez rompe definitivamente con el radicalismo liberal y se asocia a plenitud con el partido Conservador, que no sólo le aportó su valioso concurso político para llevar adelante la obra de la Regeneración, sino que le brindó un insustituible apoyo militar para vencer en la sangrienta guerra que concluyó con la batalla de la Humareda.

Hasta aquel momento Núñez había sido un federalista tibio. No se le había pasado por la cabeza promover un cambio tan radical como el que dio la Carta del 86 hacia una organización férreamente centralista, en la que “la Nación colombiana se reconstruye en forma de Republica unitaria”. Núñez había participado en la convención de Rionegro, que redactó “el desgraciado régimen”, como denominó la Constitución del 63 en su discurso ante el Consejo de Delegatarios en noviembre de 1885.

Pero la guerra de este año lo cambió todo. Las heridas se hicieron insanables, su alejamiento del partido liberal se tornó irreversible, y cayó en brazos ideológicos del partido Conservador comandado por Miguel Antonio Caro, que finalmente fue quien redactó la parte sustancial del proyecto de articulado constitucional adoptado por los delegatarios del 86.

Muchos historiadores coinciden en afirmar que el mismo Núñez terminó arrepentido del grado de dependencia que llegó a adquirir de la rama del partido Conservador que lo acompañó, no sólo en la redacción de la Constitución del 86 sino luego, durante los años de gestión administrativa de la Regeneración, cuando mientras el señor Núñez meditaba en su casa de El Cabrero en Cartagena, en Bogotá mandaban “Presidentes de mano dura y divisa azul”
Quienes sostiene esta tesis se apoyan en un texto del propio Núñez, que en alguna ocasión dijo lo siguiente: “Desde que fueron entregadas las al ejército de reserva del general Canal (Conservador, triunfador de la guerra del 85), yo quedé convertido en el leño inerte que arrastra la corriente y que no sabe en qué playa irá a reposar”.
Quizá la manera como se redactó la Constitución del 86, explica este malestar. El señor Caro, con su avasallante inteligencia, se apoderó del escenario de e impuso allí sus ortodoxas y dogmáticas ideas. Tanto las bases de la reforma, que fueron sometidas a referendo ante las municipalidades del país, como el proyecto mismo de articulado constitucional sobre el cual trabajó en el Consejo de Delegatarios, fueron redactados íntegramente por don Miguel Antonio Caro, hasta el punto que Alfredo Vásquez Carrizosa pudo escribir lo siguiente: “Núñez no fue un vencido, pero si un desilusionado. La Constitución que él había propuesto por intermedio de José Maria Samper no fue siquiera considerada y la que aprobó el Consejo de Delegatarios y redactada por Miguel Antonio Caro no era la suya. Ahí está, sin duda, el drama moral que acompaña al Presidente titula a Cartagena”. Y, en efecto, Núñez se abstuvo de estampar su firma al momento de promulgar la Constitución. En su reemplazo lo hizo el vicepresidente, el general Campo Serrano.

La constitución de 1886 rigió durante 105 años la vida constitucional de Colombia /con reformas de gran trascendencia algunas, pero otras de gran significación como las de 1910, 1936, 1945 y 1998), hasta cuando fue derogada íntegramente por la Asamblea Constituyente de 1991.


Balance general de la Constitución de 1886

Generó el régimen federal que rigió en el país durante la segunda parte del siglo XIX, se cumplió a cabalidad.
La República se afirmó desde entonces sobre las sólidas bases de una soberanía central, y no sobre las frágiles “soberanías seccionales” que en su momento denunció el señor Núñez. Y, esto, por supuesto, es un legado inmenso que nos dejó la Constitución de 1886 que aún subsiste “Centralización política y descentralización administrativa”, fue el lema orientador de la obra política de la Regeneración., pero hubo mucha más centralización política que descentralización administrativa, la cual en realidad no comienza a tomar aliento sino con las reformas de los años 80 y 90, ya bien avanzado el siglo XX.

Las grandes vigas de apoyo y las columnas centrales de arquitectura institucional del país viene sin embargo de la Constitución del 86. Y fueron continuadas por la Constitución de 1991, así esta hubiera derogado íntegramente la Carta Política de la Regeneración. La Constitución de 1991 cambió el decorado pero mantuvo las grandes líneas estructurales de 1886.

Si bien la nueva carta se presentó en su momento como una reacción contra “el desorden” de la federación, hay que aceptar que sus inicios fueron dolorosos y, en cierta manera, contradictorios con los propósitos de reafirmar el orden y la autoridad que la habían justificado.
La guerra de los Mil Días y la dolorosa separación de Panamá fueron dos episodios que desgarraron la unidad nacional cuando la Constitución del 86 no había completado aún dos décadas de existencia. Esta incrementó notablemente la preeminencia y los poderes del Presidente de la República y del poder ejecutivo en general. El señor Caro habló alguna vez de que se había organizado “una monarquía efectiva”. Y en cierta manera fue verdad. La Constitución del 91 debilitó la institución presidencial que la del 86 había fortalecido.