jueves, 22 de marzo de 2007

no es una comparacion

Por: MARY ISABEL VILLEGAS ALVARÁN

RERUM NOVARUM
(DE LAS COSAS NUEVAS)


El papa León XIII buscó durante su largo pontificado acercar la iglesia a la realidades del mundo moderno, y preocupado por los crecientes problemas obreros que se presentaba por la opresión, la esclavitud, los bajos salarios y la falta del derecho a organizarse para tener fuerza de reclamo ante los ricos que los explotaban, el viernes 15 de mayo de 1891 dio a conocer la Encíclica Rerum Novarum (acerca de las nuevas cosas). El papa, mediante esta encíclica aclaraba su apoyo al derecho laboral de formar uniones o sindicatos (preferiblemente católicos) y buscaba también incrementar la credibilidad de la iglesia en una época en que los sectores populares e incluso el clero se identificaban con las ideas revolucionarias.
Se puede decir que con esta encíclica se fundó la democracia cristiana y se reafirmó la doctrina social de la iglesia, al condenar el socialismo como sinónimo del odio y del ateísmo.

MATER ET MAGISTRA
(MADRE Y MAESTRA)

Juan XXIII, en un discurso dirigido a todos los trabajadores del mundo el día 14 de mayo de 1961, anunció el desarrollo de la cuestión social dentro de la doctrina cristiana y presentó a la iglesia como Madre y Maestra como denomino en latín Mater et Magistra a esta encíclica que predica la justicia y la equidad tanto en las relaciones de trabajadores dependientes y empresarios, como entre los diferentes sectores económicos, a las relaciones entre países en diverso grado económico- social y entre las zonas económicamente mas desarrolladas y las menos desarrolladas dentro de una misma nación, buscando el equilibrio entre los sectores agrícolas, de la industria y los servicios, para mejorar la calidad de vida de la población.
En esta encíclica se reafirma el carácter de derecho natural de la propiedad privada y en uno de sus apartes, dice:”la dignidad de la persona humana exige normalmente, como fundamento natural para vivir, el derecho al uso de los bienes de la tierra, al cual corresponde la obligación fundamental de otorgar a todos en cuanto sea posible, una propiedad privada”.
El papa Juan XXIII sostiene que la vocación de la iglesia y de cada cristiano es superar la excesiva desigualdad entre los distintos sectores de la sociedad y que la justicia y la equidad esperan que los poderes públicos actúen para que las desigualdades entre las diferentes zonas de la población sean eliminadas o disminuidas.

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